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Escucho a Johnny Nasty Boots mientras la distorsión de su guitarra se pierde entre murmullos en lo que espero a LA Witch.

Llego en el momento preciso para escuchar un rato de su show mientras me uno a la comuna que se congrega fuera del Foro Indie Rocks para echar una chela.

Un viene-viene en estado dudoso nos pregunta si nos falta un boleto y entre el chorreo de las últimas gotas de Jack y la urgencia de escuchar un par de baladas psicodélicas entramos con apuro con tal de satisfacer nuestras ansias de rock. Johnny Nasty Boots está emitiendo ritmos que nos envuelven rítmicamente y la urgencia de tomar otro Jack con ginger vuelve a aparecer.

El rollo del concierto sigue relax, sin pretensiones y entre las penumbras de las luces bajas.

El foro termina lleno y me encuentro en el fondo tratando de disfrutar sin que alguien obstruya mi vista.

Johnny Nasty Boots ha cumplido más allá de las expectativas que tengo para una banda que he escuchado por primera vez, pero ahora vienen las titulares de la noche… las LA Witch.

Rápidamente las morras comienzan a tocar. No pasan más de 10 minutos desde que los mexas dejaron el escenario para dejar pasar a las chicas de Los Ángeles, pero siento que su show entra en el momento preciso para captar mi atención.

Las LA Witch poseen el escenario bajo su hechizo californiano. Cuando sus instrumentos suenan pareciera que atraen al público de forma hipnotizante.

Frente de mi hay un vato con un sombrero de bruja de cuero y un trago de chupe en la mano que se ve que la está pasando increíble, lo veo cotorrear con sus amigos y creo que ha planeado escucharlas desde hace mucho tiempo.

Estás morras se rifan, eso es seguro. Me acerco a tomar un par de fotografías pero veo que es mejor hacerlo desde lejos. El ambiente es tenue y obscuro y se ve mejor desde la lejanía y la música se escucha más melodiosa y alegre desde las periferias del foro.

Nos hacen bailar, hacen brincar a una buena parte del lugar pero para mí ha llegado el momento de moverse… Terminamos de ver a las chicas en la parte de arriba y tengo chance de sacar un par de fotos, de la cual solo estoy orgullosa de publicar una.

Ente gritos y ovaciones terminan las LA witch y esperamos como media hora en lo que inician los 1000mods. Para ese entonces no nos importa cómo transcurra el tiempo, ya estamos en el VIP sentadas y a gusto mientras en la parte de abajo de apretujan tal hora pico de metro Pantitlán, aunque a diferencia del ejemplo mencionado, aquí definitivamente lo están disfrutando y saldrán de su aislamiento libres y descargados de todo estrés y pena.

Cuando los 1000mods comienzan a tocar la parte de abajo se enciende en fuego. Mi morra me dice “qué bueno que ya no estamos abajo” porque esa parte se encuentra descontrolada, estos batos de Grecia han poseído los oídos de todos los presentes cargándolos con una vibra frenética y está cabrón apagarla.

Veo a estos dudes con sus bermudas muy hardcore y pienso en qué tal vez me confundí de banda, que los weyes de los que afirmaba: “Traen una onda de psicodelia pero un poco más pesada” no eran los que se presentarían esa noche. Tal vez me había equivocado… ¡quién sabe! ¡ya estaba ahí! Solo me quedaba escucharlos…

Por el momento sé que me agradan y tocan bien cabrón. Veo que la gente está enloquecida y mi mirada se voltea más hacia el público que hacía la banda. El show de verdad se encuentra entre las personas que arman el moshpit deliberadamente, más que entre aquellos que tocan sus instrumentos y dan un espectáculo para ser admirados por el público, aquí la audiencia en sí misma es digna de admirarse.

Los puños en alto no se detienen ante los 1000mods que jalan un chingo de batos que quieren desmadrar esa noche.

El baterista la rompe desde su expresión facial. Su actitud atribuye una vibra diferente al toquín y su energía es tan fuerte que es imposible no estar al pendiente en todo momento de su performance.

Termina la noche y el Foro Indie Rocks se convierte en un espacio insonoro que albergo una cantidad exorbitante de energía liberada entre guitarrazos y madrazos. Los vasos de chela terminan vacíos y la posibilidad de seguir chupando en la calle se vuelve imposible al llegar la madrugada.

Ir a dormir parece la mejor opción después de tanto estremecimiento y largos sets. Si alguna vez les toca ir a un concierto de 1000 mods o LA witch vayan descansados porque definitivamente son shows que ocupan toda tu energía.

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