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Camilo Séptimo, el proyecto que se formó gracias al vacilante aire del universo, marcó un antes y después en el Teatro Metropolitan.

A finales del 2012, la carrera de algunos músicos independientes colgaba de un hilo, debido a que muchas disqueras se mantenían estáticas al momento de enfatizar los nuevos proyectos, preferían quedarse con los anteriores para asegurar que su inversión no resultara afectada.

Muchas nuevas bandas emigraron en busca de asilo, al considerar que no existiría ninguna oportunidad en nuestro país, mientras que otros, vieron el problema como una oportunidad y crearon sus propias disqueras.

A finales del 2013 Manuel Mendoza (bajo/voz), Jonathan Méndez (teclados), Erik Vázquez (guitarra) y Marco Alarcón (batería), se encontraban a la deriva gracias a que sus respectivas bandas dejaron de remar en las truculentas aguas de la escena indie. El destino los conectó sin previo aviso y fue benevolente para la fundación de Camilo Séptimo, quienes forman parte del club de visionarios del 2012. 4 años de trabajo arduo y constante fueron los factores para que la agrupación pisara por primera vez el escenario del majestuoso Teatro Metropolitan.

El Metropolitan, es único e irrepetible, es el sueño de cualquier músico mexicano, pero no todos son dignos de él. Decenas de músicos han padecido la insolencia de presentarse sin ninguna preparación. Este maravilloso recinto tiene la afinidad de elevar la carrera de quien lo merece o arrancar la cabeza y borrar para siempre el nombre de quien lo insulta con su mediocridad.

Guiados por la confianza que su entrenamiento les otorgó; Camilo Séptimo decidió tocar las puertas del teatro para probar suerte. Siendo las 21:09 pm del 29 de noviembre del 2017, el telón se abrió y dio inicio a la inquietante prueba. Vistiendo un atuendo excelso, propio del estilo new wave británico, los integrantes se posicionaron para entonar Fusión, canción que encabeza la lista de su último disco Oleos (2017).

Caminando cautelosamente, su tracklist era marcado por un ir y venir entre sus dos discos. La obscuridad cubría el rostro de Camilo VII, mientras que el trasfondo visual iluminaba los ojos de la audiencia.

El establecimiento de objetivos es primordial en la construcción del éxito. Con un plan perfectamente elaborado cada tema fue colocado con astucia; Te Veo En El 27 abrazó sintéticamente al sold out.

La magia hacia lo propio, permitía que el concierto fuera lo más fluido y armónico posible, cada golpe en el bombo marcaba el ritmo del corazón. Como parte del simbolismo escénico, un conjunto de luces rojas revistieron el lugar para interpretar lentamente Cada Amanecer.

La mezcla de techo pop, new wave, e indie de la nueva generación mexicana, daban como fruto un sonido bailable que regresaba la memoria a los 80´s.

La presentación presagiaba un cierre contundente con No Confíes en Mí, tema que los galardonó en los IMAS en el 2015. Llenos de poder cayeron solemnemente en el aclamo del público, y finiquitaron el encuentro con Vicio.

Si Bizarro fungiera como catador, el concierto llegaría a las cuatro estrellas y media en un rango de cinco. Tomando los elementos anteriores podemos felicitar a Camilo Séptimo augurando un regreso el próximo año a tan acogedor aposento, dejándoles un consejo: Nunca dejen de tocar.

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Príncipe de Cd. Nezahualcóyotl. Partidario de la libertad artística, voy por la vida defiendo a los bulleados musicales aunque no siempre gane. No existe música sin sentido, solo gente sin sentimientos.