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Después de la euforia de Caifanes, la gente tenía altas expectativas con respecto al segundo día de actividades de la Semana de las Juventudes.

Por: Oliver Landaverde Peralta

El cartel confirmaba la presentación de El TRI, banda entrañable que le ha dado voz a la gente y a las situaciones cotidianas que envuelve no solo vivir en esta Ciudad sino también al involucrarse en el pasar de la vida.

La espera no fue larga ya que la actividad en el escenario Santo Domingo fue bastante buena y sobre todo propositiva, Cerberus fue una de las bandas que más disfruto la gente, la banda se presentó a la 1:45 pm. Y aunque la plaza no estaba al límite de su capacidad, el público mostró empatía y respeto hacia el la propuesta de Heavy/Trash metal.

Por otro lado en el escenario de la Plaza del Zócalo la gente soportaba el sol para esperar ni más ni menos que a Ely Guerra, y claro afianzar su lugar porque lo que venía después ha formado el soundtrack de la vida de muchos de los asistentes. El poder que Ely Guerra mostró sobre el escenario, contagio y conmovió a los asistentes, se mostró agradecida y afortunada de volverse a encontrar con sus fans, mismos que ansiaban una presentación tan emblemática como la que sucedió el pasado sábado en el Zócalo, ojos claros labios rosas fue una de las canciones más esperadas y sobre todo más coreadas, y la ya clásica Bésame Mucho fue la que propuso la atmosfera de romanticismo en los asistentes.

Las disyuntivas no se hicieron esperar, y como ya es clásico en las festivales siempre se tiene que sacrificar un acto, ya que se encima con otro el cual tienes más ganas de ver o en concreto eres fan de la banda, y fue lo que sucedió alrededor de las 3 pm ya que por un lado se presentada Dorian, banda española que se ha afianzado en el gusto del público nacional y que son viejos conocidos del concepto Semana de las Juventudes. Ya que el año pasado también estaban considerados en el cartel.

Por otro lado se presentó CHDKF Chingadazo de Kung Fu en Santo Domingo, que justo en ese acto la plaza ahora sí, llego a su capacidad máxima, el público en su mayoría adolescentes también peleaba por su lugar pese a los empujones o al sol apabullante que se sentía, ya que sabían que las bandas que seguían después de CHDKF prometían no solo un acto digno de ese escenario sino himnos que para esa generación de jóvenes retumban en sus audífonos de camino a las escuela o en sus fiestas.

El choque generacional no se hizo esperar en toda la semana de las juventudes ya que por un lado la propuesta con bandas clásicas como: La Gusana Ciega, o Chetes incitaban a los más grandes a resistir la estancia y por otro lado a los más jóvenes a vivir una experiencia nueva que a muchos a esa edad no nos tocó vivirla y era no solo ver a tu banda favorita, si no esperar a que llegara y saludarlos, cosa que pasó con Tungas, la gente los esperó y los abordo hasta la camioneta en donde estaban siendo transportados para poder tomarse una foto con ellos, saludarlos y trasmitirles las mejores de las vibras, la banda agradecida dio uno de los mejores shows de este año.

Los contrastes de sonidos y estilos estuvieron presentes a lo largo del festival ya que por un lado Chetes propuso un set mucho más melódico y en ocasiones acústicos en donde la gente pudo disfrutar las letras y el mensaje ya consolidadas del artista, temas como Querer fueron las canciones que solo con una guitarra y su voz hicieron retumbar las paredes de Palacio Nacional y claro la ovación hacia ese gran clásico y hacia su interpretación no se hizo esperar.

Se dice que escuchar música es retroceder en el tiempo y recordar esos momentos, esos amigos con los que compartiste tu días y disfrutabas de las cosas y de la música que sonaba y fue entonces que División Minúscula hizo lo suyo sobre el escenario y a todos nos transportó al 2006 cuando en nuestras fiestas y sobre todo en la radio sonaba Sognare, o Sismo, la nostalgia se ligó con la Gusana Ciega la cual tras más de veinte años de carrera su repertorio ha sido tan amplio que existe canción de ellos para cualquier situación vivencial, sin embargo, nos hubiera gustado verlos en un horario en donde la producción del escenario hiciera lucir más a la banda, sentimos que siempre pasa esto con ellos, ya que a pesar de su gran trayectoria no han podido ganarse el reconocimiento para poder cerrar un festival de este tamaño o incluso un Vive Latino. Sin embargo el set fue digno y la gente obtuvo lo que fue a ver de estas bandas clásicas.

Por otro lado la vibra en Santo Domingo era otra, la euforia, los jóvenes saltando, los clavados hacia el público fueron los factores que le pusieron intensidad a ese escenario y sobre todo las cosas que lograron que los actos que se presentaron permanecieran en el recuerdo de la gente, Simpson Ahuevo fue el encargado de darle cierre a las actividades de ese escenario ya que toda la logística tenía la intención de que el Zócalo estuviera aún más concurrido para esperar el acto principal de ese día que fue Fat Boy Slim, el cual no defraudo al público nacional y puso a vibrar a los más de 80 mil asistentes.

El domingo 12 de noviembre los ánimos no decayeron y la gente siguió abarrotando las dos plazas en donde se presentaron muchos proyectos, el domingo fue el día en donde en la Plaza Santo Domingo hubo más propuestas, estar ahí era la oportunidad perfecta para poder conocer proyectos que se quieren ganar un lugar en el gusto de la gente y que están trabajando para formar una escena, Miró y Los Tempestades fueron las bandas que lograron cautivar al público con sus propuestas.

Por otro lado en el escenario del Zócalo la espera fue larga para recibir a Sergio Arau y Los Heavy Mex, ya que fue uno de los actos que más expectativa creó, lejos de la propuesta música fue el hecho de saber que Sergio perteneció a una de las bandas que ha formada la historia del rock nacional como lo fue Botellita de Jerez y segundo porque su concepto solista, recae en pretender ser un candidato a la presidencia y exponer sus propuestas de cambio mediante sus canciones y sus discursos que entre estas expresó, se subió al escenario con su atuendo ya característico mismo que dejo mostrar en el Vive Latino de este año, traje gris, camisa blanca y una banda tricolor simulando la banda presidencial oficial, sin mayor relevancia su acto más que el performance y discurso que tiene.

La vuelta de tuerca la dio la Banda Bastön y Sonido Gallo Negro, bandas que proponen otros ritmos e incluso incitan a los asistentes a bailar y a contagiarse con su música y fue el preámbulo perfecto para Illya Kuryaki and the Valderramas tomara el escenario y dejara fluir sus ritmos funk hacia todos los asistente, es una banda que cuenta con muchos clásicos y que los set son garantía, ya que al igual que bandas clásicas que se presentaron en días anteriores, te transportan a otros años en donde la esencia de la banda estaba más presente y su propuesta era nueva y contundentes.

Cabe mencionar que este tipo de bandas suelen armar sets que más que propositivos suelen ser más bien tributos a sus carreras y no quieren arriesgarse ya que el hecho de presentarse frente a una audiencia tan concurrente suele ser un arma de doble filo.

Se manejo mucho el concepto de banda sorpresa, mismo que en días anteriores al concierto se confirmaron, por su parte el sábado estuvo División Minúscula y el domingo que además tuvo el honor de cerrar las actividades de este año fue Plastilina Mosh, banda que desde hace algunos años decidió regresar a los escenarios con la misma propuesta que los hizo famosos en la década de los 90, a pesar de esto la gente se mostró muy emocionada de poder encontrase con la banda y ellos por su puesto de reencontrarse con su público capitalino, el cual lo tuvieron bastante abandonado en años anteriores, cabe mencionar que la banda tuvo que posponer una fecha la cual se presumía era la fecha idónea para el rencuentro con el público. Sin embargo se presentó la oportunidad de las Semana de las Juventudes y no la dejaron pasar.

Alrededor de las 9:30 de la noche la banda salió al escenario y los clásicos que cimentaron sus carrera no se hicieron faltar, los aplausos, las ovaciones y los coros al unísono fue lo que Plastilina Mosh consiguió en su presentación la cual concluyo alrededor de las 11 de la noche.

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