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Anoche se vivió una de las fiestas más esperadas del último trimestre del año. El yugoslavo Goran Bregovic junto con la Wedding and Funeral Band retozaron en El Plaza Condesa y levantaron una prodigiosa juerga balcánica.

Redacción: Arturo Martínez García
Foto: Ramona (Estefani Castañeda)

Cuando las cintas El tiempo de los gitanos y Underground se empezaron a proyectar en México, los espectadores empezaron a interesarse no sólo en Kusturica o Chéreau, sino también en la persona encargada de darle vida sonora a esas películas: Goran Bregovic.

A mediados del siglo pasado Goran lideraba la banda de rock Bijelo Dugme en la antigua Yugoslavia, pero su impacto musical en el lado occidental del globo se dio hasta que decidió ser el mariscal de la Wedding and Funeral Band y proclamarse como un embajador de la música balcánica y así protagonizar grandes veladas que combinan la épica, la solemnidad y un infinito espíritu festivo.

2008 fue el año decisivo para la escena de la música balcánica en México, Bregovic vino al Festival de México en el Centro Histórico y cerró el evento con un concierto en la plaza Santo Domingo, acompañado de músicos oaxaqueños. Después de esa gran presentación, Goran volvió a cimbrar la ciudad en el 2016 con su presentación en el festival Vive Latino.

Este año, el yugoslavo pisa nuevamente esta tierra para ofrecer 3 presentaciones. El viernes 13 de octubre en una doble actuación, Goran inauguró el V Festival de Música Vientos de la Montaña Texcoco en compañía de su banda y, de los niños y jóvenes de la Banda Sinfónica de Escuelas de Enseñanza Musical de Texcoco. El sábado 14 llevó su música a Tabasco para presentarse en el Festival Ceiba. El cierre de esta maravillosa y breve gira se dio ayer en el recinto musical de la Hipódromo Condesa.

Goran Bregovic

En punto de las 18 horas, 4 cíngaros se mezclaron entre el público anhelante; los concertistas se ubicaron dos en cada extremo del lugar y empezaron a comunicarse a través de sus trompetas y trombones. Poco a poco se fueron acercando entre sí hasta que el intercambio sonoro se hizo uno. Mientras, en el escenario un saxofonista ejecutó un portentoso conjunto de acordes. Los músicos de a poco se acomodaron. El público perdió el juicio cuando Bregovic, en un elegante traje, entró en escena y al grito de ¡Gas, gas, gas! la Wedding and Funeral Band empezó la fiesta.

Goran Bregovic

Algunas de las melodías interpretadas denotaron la sencillez de canciones infantiles y la inmediatez del rock. Piezas clásica como Ya ya o Jeremija, detonaron el entusiasmo y la energía de los espectadores, los cuales correspondieron con un generoso baile e interminables ovaciones. Pero la locura llegó a su cúspide cuando el músico persuadió a la audiencia de gritar “¡Al ataque!” como señal para que empezara a sonar la electrizante Kalashnikov.

Goran Bregovic

Una gran presentación que por casi dos horas mantuvo expectante al público y que abordó, como sólo puede hacerlo Groan, dos temas trascendentes: el amor y la muerte.

Goran Bregovic

Goran Bregovic

 

Goran Bregovic

Goran Bregovic

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