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Una de la bandas más populares en el nuevo siglo y que provoco un influencia en el arte de las siguientes generaciones, Arctic Monkeys, vive un momento de plenitud en sus bolsillos pero de conformismo con su audiencia.

El padre tiempo gira deliberadamente las manecillas del reloj sin importar si esto afecta al rendimiento de las personas. Ya son 4 años desde que esta banda oriunda de Gran Bretaña ha omitido la creación de un material físico, llegó la hora de saldar cuentas.

Gran Bretaña, 2001, James Cook (guitarra) joven de rebosantes 16 años decidió que su tiempo podría ser mejor invertido, inició con una serie de audiciones para buscar a los miembros perfectos. El primero en ser seducido por la belleza de la música fue Alex Turner (voz/guitarra) aún sin lucidez de su actual posición, Matthew Helders (batería) se integró después de unos meses al comprobar con sus propios oídos la calidad musical del dueto.

Contemplando las complejas referencias estructurales del post punk que su tierra ofrece y agregando el efecto del rock psicodélico, iban de presentación en presentación dando muestras gratis a un necesitado público. Grabando demos que subirían a internet para el deleite de muchos, no sería causalidad que una lluvia de ofertas cayera sobre ellos.

Los argumentos de los integrantes eran totalmente validos: No querían que nadie se interpusiera entre sus creaciones llenas de rebeldía. El dinero, la fama y el reconocimiento no importaban en este punto. Como si se tratase de una estrategia publicitaria de agrupación, la atención de la gente creció y las puertas se abrieron, mientras que los sellos discográfico miraban desde lo lejos el auge que el destino reunió.

El universo puede colocar las cosas de distinto modo en cuestión de segundos. El arrebato de sentimientos nublaba su visión. Ya tenían lo que querían, un público que moría de amor por ellos y un repertorio selecto, pero si querían llegar al segundo nivel del plan, necesitarían ayuda. A finales del 2005 Domino Records llegó a sus vidas con un contrato que cumplía sus exigencias a cambio de su talento.

El sello discográfico compactó la experiencia adquirida en sus años de libertad en Whatever People Say I Am, That´s Why I Am Not (2006)

Disfrutaron dos años de los frutos de su primer álbum, la incertidumbre en sus pechos provoco que sus cabezas se conectaran para idealizar una nueva propuesta para el mercado. Favorite Worst Nightmare (2007) llegó con el mismo etilo de su predecesor pero ahora una nueva cara aparecía detrás del bajo: Nick O´Malley.

Su ambición por elevar sus perspectivas continuó, la emoción por el futuro iba apagando poco a poco las dudas que la vida les plantaba. Un día del 2008 meditaban sobre las inquietudes que rondaban en sus mentes, ¿Era hora cambiar su estilo? ¿Debían introducir algo nuevo? ¿Necesitaban planear nuevos conceptos?

Como si fuera una constante, después de una serie de aciertos los pequeños tropiezo son totalmente normales, Humbug (2009) fue llevado a la crítica como álbum de difícil digestión, aunque acertaron en algunos temas.

Suck It and See (2011) llegó en el mejor momento, una obra mágicamente creada para la intervención de miles de aclamaciones, sin contar los reconocimientos de las listas Billboard. Las múltiples tonalidades de ese material recrean claramente la madurez en su método.

AM (2013) comenzaría alimentar el ego de la banda con un sonido envolvente que embala a un nuevo publico pero disgusta a gran parte su antigua audiencia, dejando observar  esinhibidamente un lado oscuro de la banda, nadie imaginaria que las siniestras garras del poder entablaran una relación con los miembros.

A partir de la fecha de lanzamiento de su último disco, la banda se encuentra en constantes giras, evidenciando lo que muchos temían. Actualmente son mordazmente criticados por sus acciones en contra de sus principios y su cambio de valores.

Recordemos que los talentos musicales también son humanos con defectos y errores, si para ellos su prioridad es recopilar el capital producido por su trabajo es una decisión de debemos respetar.

Esperamos con muchas ansias el plano futuro de la banda, asegurando abrir nuestros brazos con calidez en su regreso.

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Príncipe de Cd. Nezahualcóyotl. Partidario de la libertad artística, voy por la vida defiendo a los bulleados musicales aunque no siempre gane. No existe música sin sentido, solo gente sin sentimientos.