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Deafheaven y MONO se presentaron en El Plaza Condesa y lograron una combinación explosiva que dejó impresionados a todos los asistentes con una buena dosis de paisajes musicales.

Una tormenta perfecta azotaba a la ciudad de México y el público llegaba al recinto corriendo. La lluvia le daba la bienvenida a una de las bandas más importantes del post rock, MONO, directamente de Japón y que están muy cerca de cumplir 20 años de carrera musical.

Minutos después de las 20 horas, la banda tomó posesión del escenario. Apagaron las luces y una hora de viajes sonoros comenzó.

Los integrantes del grupo se han mantenido juntos desde sus inicios y trabajan con una armonía impresionante. Cada quien cumple su función y juntos logran una mezcla homogénea a un sonido que hipnotiza a los asistentes.

No hay voces, solo sonidos y luces tenues. Taka trabaja la guitarra principal y su trabajo es darle efectos que te transportan a otros mundos. La bajista Tamaki, a pesar de su postura seria y con sus ligeros contoneos, proyecta cierto aire de romanticismo. Nos mantiene atentos a su ejecución.

Acompaña en la otra guitarra Yoda y en la batería Takada, quienes complementan la propuesta musical de MONO y que juntos nos llevaron por terrenos áridos. Se siente desolación, nostalgia y otros sentimientos azules, pero repentinamente cambian el mood y explotan con una energía que azota el lugar y a todo el público que grita y aplaude en agradecimiento por el viaje.

Seis canciones fueron suficientes para dejarnos perplejos. Y así como llegaron se fueron. No es la primera vez que nos visitan y estamos seguros que no será la última.

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MONO fue la entrada y una platillo principal y minutos después seguía el banquete con otro gran platillo: Deafheaven.

La banda se apoderó del escenario e inmediatamente una presencia se hizo notar, el vocalista George Clarke nos tomó a todos por sorpresa.

La banda comenzó su acto con una potencia que no permitió a nadie escapar de su sonido. De las bocinas salió un metal macizo, con todas sus vertientes. Clarke, con una energía imparable sobre el escenario, nos retaba a soltarnos, dejarnos llevar por su música, los solos de guitarra y sus gritos desgarradores.

Sin darnos cuenta, Deafheaven nos sedujo, nos jodió, nos exprimió y nos dejó ahí, perplejos, sin saber lo que habíamos presenciado. Apenas estábamos digiriendo a MONO y la banda llegó a romper paradigmas.

También no era la primera vez que nos visitaban. En 2014 ya lo habían hecho en el Festival Corona Capital, pero todos sabemos que no es lo mismo una banda en un recinto individual a verlos junto a otras bandas en un festival.

Sin temor a equivocarme, Deafheaven ha sido de los shows más impresionantes en México, en lo que va del año. Afortunados todos los que presenciamos tremendo espectáculo en un recinto el cuál no se llenó completamente.

El grupo se rifó un cover de Mogwai y realizaron un encore para regresar y rematar con Dream House.

Afuera llovía y adentro ocurrió una tormenta perfecta. Nadie quiso escapar y preferimos empaparnos de una gran noche de música.

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