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Dios se hizo presente. Kendrick Lamar nos atacó sorpresivamente en un día santo para que, mediante sus rimas, recuperáramos la fe.

damn kendrick lamarOMG. This cd Is bombbbbb!”, esas son las palabras con las que empieza el mensaje de WhatsApp de la madre de Kendrick Lamar, que envió luego de escuchar el DAMN. Un mensaje que se viralizó por toda la internet luego de que el mismo MC posteara la captura de pantalla en su cuenta de Instagram.

Ha pasado más de una semana después del lanzamiento del cuarto material discográfico del oriundo de Compton, California y la fiebre por este nuevo material aún no sé detiene, mucho menos después de que pudimos disfrutar el livestreaming de su presentación en el cierre de la más reciente edición de Coachella. Algo hermoso, por cierto.

Para su servidor, era esencial dejar reposar un rato toda esta emoción de parte de la gente, y también ¿por qué no?, dejar reposar mi emoción de las primeras escuchadas al DAMN. para poder dar una crítica más acertada, fría y sincera sobre un álbum en donde Kendrick nos deja un sin fin de ideas.

AXE CEREMONIA 2024: Kendrick Lamar Encabeza el Festival

Dios se hizo presente. Kendrick Lamar nos atacó sorpresivamente en un día santo para que, mediante sus rimas, recuperáramos la fe.

DAMN. es una obra que retoma al rapero que se empezó a posicionar en el mundo como el mejor del mundo, aquel que en good kid, m.A.A.d city, su segundo álbum, nos atrapó para nunca soltarnos con cuerdas sólidas guiadas por beats y sampleos increíbles.

Y a pesar de su parecido con good kid, m.A.A.d city, realmente no lo es del todo.

DAMN. es un álbum más personal, es un encuentro de Kendrick con sus miedos, con la violencia y la hipocresía, y elementos con los que el rapero ha experimentado. Es una súplica en donde Lamar nos dice cómo pensar. DAMN. es un trabajo que denota tristeza en su lírica.

“Aint’ nobody pray for me”.

Kendrick Lamar deja un poco de lado aquella parte política, protectora y protestante que lucha por los derechos de la raza negra, misma que apreciamos en good kid, m.A.A.d city, To Pimp A Butterfly y en Untitled Unmastered, el álbum compilatorio de demos que no cupieron en To Pimp A Butterfly, para comprender en DAMN. su propia lucha con la identidad visto y llevado desde un ángulo religioso y cristiano.

La temática personal a la que deseaba sonar Kendrick en éste álbum se puede ver desde la portada, hasta en la cantidad de featuring’s (solo tres: Rihanna, Zacari y U2), comparado con sus pasados materiales en donde la cantidad de colaboraciones en las interpretaciones era bestial con un sin número de MC’s y artistas pop en las canciones.

Otra cosa interesante de DAMN. es que tampoco suena igual a To Pimp A Butterfly, no suena a quererlo superar, y es que la verdad, ¿cómo podría?

El jazz ya ha quedado en el olvido para Kendrick, algo a lo que le supo exprimir hasta la última gota vital, por ahora, ya ni nos acordamos. A pesar de que en la producción de DAMN. aún se encuentren nombres como el de Thundercat y Kamasi Washington, mismos que ayudaron en To Pimp A Butterfly, y que en esta ocasión fueron participes en FEEL y LUST, respectivamente.

En cuanto a producción, la lista de nombres es impresionante, por ejemplo con Mike Will Made It y sus chingadazos de tracks DNA y XXX, el featuring inesperado con U2, una auténtica locura que terminó en ser una obra maestra.

The Alchemist hizo su chamba en FEAR, Steve Lacy haciendo el beat de PRIDE en un iPhone, 9th Wonder con DUCKWORTH y hasta James Blake haciendo gala de su talento con el instrumental de ELEMENT.

Hay que agradecer que tengamos en nuestros tiempos un rapero del calibre de Kendrick Lamar, con esa sinceridad y vulnerabilidad al expresar el miedo de un conflicto existencial mediante su capacidad y talento innegable, algo más allá de lo mediático.

Dios está presente, y no de la manera en que un rapero se cree Dios, si no de la manera en que un rapero le teme a Dios para poder ser más autocrítico y sincero ante lo que expresa.

Algo que a Kendrick, en evidencia, le da más poder y credibilidad a sus letras. Algo que le hace ser el mejor.

DAMN. no tiene ningún segundo de pérdida, de hecho, hay que escucharle más de un par de veces para poder llegar a ese clímax moral y educacional que cada canción emana de su ser.

Y me da gusto saber que después de haberlo escuchado al menos unas diez veces y no dejarme llevar solo por la euforia y emoción de la primera escuchada, les pueda confirmar que estamos ante el tercer clásico instantáneo de Kendrick Lamar.

¡Daaaaamn! Bendito el día en que Kendrick Lamar pise un escenario mexicano.

 

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Explorador galáctico de las órbitas musicales. Vivo en una y mil canciones más.
kendrick-lamar-damnDios está presente, y no de la manera en que un rapero se cree Dios, si no de la manera en que un rapero le teme a Dios para poder ser más autocrítico y sincero ante lo que expresa. Algo que a Kendrick, en evidencia, le da más poder y credibilidad a sus letras. Algo que le hace ser el mejor.