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Rhye volvió a pisar nuestras tierras. Por tercera vez el dueto conformado por el canadiense Michael Milosh y el danés Robin Hannibal, nos visitaban para engalanarnos y dejarnos llevar por lo atractivo de su música. Esta vez en un foro muy inusual y poco conocido como lo es el Teatro Ángela Peralta.

La cita para el evento en el teatro fue desde las 4:00 pm. Antes de Rhye habría bandas nacionales invitadas y degustaciones de comida y bebida, sin embargo, mucha gente que no podía llegar temprano para disfrutar de todo eso por el horario laboral o cualquier otra cosa se lo impidiera, se citó afuera del foro poco antes de las 7:00 pm.

El plan de acceso al foro para ver a Rhye fue espantoso: una fila para los boletos bronce, una para los plata y una para los oro. Filas larguísimas que se veían mermadas para accesar rápido ya que la organización del evento le ordenaba al hombre de seguridad que le mandara cinco personas de una fila, diez de otra, cinco de otra….Todo eso a través de una sola puerta pequeña donde para poder pasar era ir en diagonal y hacerte flaquito (o sea, sumir la panza). Un momento desesperante y terrible vivimos todos para poder entrar.

En fin, pésima la organización en ese sentido.

Rhye apareció sobre el escenario justo a las 8:15 pm, no sin antes dar un mensaje al público por medio de un integrante de Dorado Music Group, la organización que creo el evento, haciendo saber a todos que por petición de la banda pedían silencio, no fumar durante el show y absoluto respeto mientras Rhye estaba en acción.

Un intro muy ameno guió las primeras notas de la banda nacida en Los Ángeles, California, para después hacer sonar Verse y encender la bella, única y armoniosa voz de Milosh.

El audio, a pesar de estar en un foro abierto al aire libre, sonaba increíble. Estábamos todos bajo un manto mágico que los músicos de la banda nos cubrían con sus sonidos instrumentales.

3 Days, el tercer sencillo del Woman, álbum debut y única producción hasta ahora de Rhye, fue ejecutada en una versión más lenta y poco conocida a como la escuchamos en la grabación. Una versión extendida de la canción, como prácticamente fueron todas durante el show, que muy pocos reconocimos al instante.

Otra vieja conocida sonó justo después, The Fall, el sencillo con el que Rhye saltara a la fama. El público de inmediato reconoció aquella canción entre aplausos y ligeros gritos y chiflidos de emoción.

La noche se iba tornando cada vez más fría con su viento que iba y venía, pero que a su vez, ese mismo factor era clave para hacer de esa noche una velada romántica bajo la luz de las estrellas, los cánticos de los grillos entre los árboles,  las personas que iban en parejas que se cubrían entre abrazos, bufandas  y chamarras, y por supuesto amenizados con la música suave de Rhye.

Major Minor Love, Shed Some Blood y Last Dance también formaron parte del repertorio, esta última también alegrando y haciendo cantar al público.

El momento cumbre fue la aparición de Open, que entre violines y percusiones en ligero sonido iban elevando de a poco la sentimental voz de Milosh.

Open tuvo también su versión extendida con un solo de violín de impacto que fue ovacionado al término de la pieza.

El plato fuerte de la carta fue Hunger, la canción más bailable (por decirlo de alguna manera) de Rhye. La canción que provocó que el público se parará de sus asientos a ligeramente bailar y solventar a la banda con aplausos.

Rhye culminó un concierto corto, pero muy agradable y romántico que duró cerca de una hora con diez minutos. La salida del foro fue menos caótica que la entrada, ya que solo aperturaron un lado para que toda la gente saliera por ahí.

Una entrada y salida del Teatro Ángela Peralta que estoy seguro la estación de metro Pantitlán en hora pico se sentiría orgulloso de tan grande hazaña, pero que en contraparte buena, nos trajo un bello momento para el recuerdo con Rhye, una banda muy querida por los mexicanos.

 

 

 

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