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“Córtalo con pericia para mi…como si fuera un ave al vuelo”

Asesino/a tiene una etimología del árabe hassasin o “consumidores de hachís” pero en la jerga del homicidio —que no son sinónimos— se refiere a quienes matan en secreto y con premeditación.

También se refiere a sectas y comportamientos que aluden a la figura del ermitaño. Este vocablo árabe se incorpora al latín medieval en el Siglo XI como assassinus y después al español de donde se pronuncia asesino (José G. Moreno de Alba, lingüista y filólogo mexicano). El sentido de la palabra revela la filosofía del poder y derecho sobre la vida de los otros, en femenino nos remite a una mujer despiadada, que mata bajo mandato.

En este contexto el cine policiaco nos ha entregado la historia de la joven criminal y asesina a sueldo Nikita (1990) de Luc Besson, después John Badham hace su adaptación de la historia en 1993 protagonizada por Bridget Fonda. Para 2010 este personaje se lleva a las series de T.V. por la CBS Broadcasting Inc.

La historia es la misma: una chica impetuosa y drogadicta es encarcela por infringir la ley con robos y asesinatos, no obstante tiene habilidades particulares que la convierten en una máquina para matar. Es entrenada por un programa secreto del gobierno para perfeccionarla física y mentalmente, con el objetivo de convertirla en una asesina a sueldo, el “arma secreta de la ley”, esa es la historia que le hace honor a la etimología.

Por su cuenta, el director Hou Hsiao-Hsien presenta su propia asesina (Nie yin niang, 2015), que después de exhibirse en el Festival de Cannes y en la 60 Muestra de Cine de la Cineteca Nacional llega a las salas comerciales de la Ciudad de México. Ambientada en la China del siglo IX narra los conflictos entre la provincia Weibo y la Corte Imperial a través de Nie Yinniang (Shu Qi) y su primo Tian Ji’an (Chang Chen) —gobernador de Weibo— quienes estuvieron comprometidos.

Yinniang aprende el arte de matar de una monja, quien la prepara para asesinar a Tian Ji’an. Si bien el argumento general comparte algunas características con la Nikita de Besson la mayor distinción es la naturaleza filosófica y estética del personaje que corresponde a una “imagen-sonora”, definida por Gilles Deleuze, como una intuición vital que se refleja en una “imagen entera y sin metáfora”, es decir los paisajes registrados con luz natural y planos fijos que nos entrega  Hsiao-Hsien son parte de una intención contemplativa de la fotografía tanto por el paso por las montañas y bosques como por la impasible espera de la muerte que invade toda la estructura de la película.

Esa latencia de la muerte y la vida, del tiempo de la memoria y la fugacidad del presente, de lo múltiple y de lo uno se concentra en la frase que la monja le dice a Yinniang: “Córtalo con pericia para mi…como si fuera un ave al vuelo” como parte de la filosofía de la perfección de la máquina e impasibilidad de la espada contrastados con la imperfección y debilidad de la condición humana proyectada en el corazón y el amor.

Otra característica particular de esta película es que la “imagen-sonora” a usanza de Yasuhiro Ozu  —que en su momento Hsiao-Hsien homenajeó en su película Café Lumière (2003)— también rompe con las convenciones del cine Wuxia o “cine de los caballeros o héroes de las artes marciales” en su renovación a principios del nuevo milenio. Mismo que rompe con el Wuxia Pian tradicional de Taiwán y Hong Kong por los matices de acción, espectacularidad cromática y un gran despliegue de producción hollywoodense como El tigre y el dragón (2000) de Ang Lee, seguida por las producciones de Zhang Yimou como Hero (Ying xiong) 2002, La casa de las dagas voladoras (Shi mian mai fu) 2004 o La maldición de la flor dorada (Man cheng jin dai huang jin jia), 2006.

En este sentido, La asesina de Hsiao-Hsien promete una relectura de la condición humana a través del territorio y los cuerpos de los personajes que expresan su relación con la memoria del pasado y la acción decisiva del presente que nunca deja de pasar por el conflicto del deber y el deseo, la traición, el honor, el amor y la muerte.

¿Y después de la peli…?

Preguntándose por nuestros hábitos y expansiones de nuestra percepción en el mundo del flujo de información me pregunto cómo será recibida esta peculiar asesina. Si consideramos que la apreciación de esta cinta depende de nuestro contexto general de la imagen y la experiencia fílmica. Es importante decir que poco estamos acostumbrados a la contemplación en el cine dado que la mayor parte del tiempo nos invade una imagen veloz y líquida a través de la interconexión del internet.

Estamos expuestos a un flujo de información visual de 3.600 fotos por segundo en Instagram, 41.000 post cada segundo en Facebook, 72 horas de video cada sesenta segundos en Youtube (números de Julián Marquina, Community Manager de Baratz-Servicios de Teledocumentación).

A ello debemos sumar que durante 2015 en México las 10 películas más taquilleras fueron Avengers: Era de Ultrón, Rápidos y furiosos 7, Minions, Mundo Jurásico, Intensamente, Terremoto: La falla de San Andrés, Hotel Transylvania 2, Star Wars: El despertar de la fuerza, Los juegos del hambre: Sinsajo, El final; y Ant-Man: El hombre hormiga (según datos de la Cámara Nacional de la Industria Cinematográfica). ¿Cuántas de estas películas vimos? Yo vi cinco de diez.

En este sentido, nuestra percepción y capacidad contemplativa se ha adaptado al incesante flujo de información visual en redes, además de que nuestra construcción de significados y símbolos se concentran en síntesis rápidas que no demandan mucha atención ni tiempo, sino accesibilidad e impacto inmediato que no requieren de retención prolongada sino que suceden como una bofetada, que aunque deja una sensación en la mejilla no necesariamente la recordaremos, por el contrario nos mantendremos siempre expuestos a recibir más golpes visuales.

Por otro lado, la estética y narrativas del cine de acción y super héroes que produce la industria norteamericana construyen, mayoritariamente, la normativa y habitualidad de las imágenes y sus significados que se nos entregan como parte de una cultura de la banalidad, por tanto de lo que no requiere tener contexto histórico ni político porque es entretenimiento puro. Y ahí está el primer error de apreciación y enfoque de los contenidos que nos entregan las películas —al menos— de super héroes y la misma cultura mediática. (Pero ese es un cuento aparte del que hablaremos en otro momento).

El resultado de acostumbrarnos a una apreciación “facilona” u “obvia”, aparentemente dada por el entretenimiento, es que se nos complica ver una película que exige grados de atención prolongada, nos cuesta trabajo desentrañar argumentos filosóficos, tradiciones y estéticas de otros continentes —que sin embargo también han pasado por procesos de occidentalización en su estética cinematográfica como ya lo hemos visto con el género Wuxia—. Con esto quiero decir que estamos frente a procesos de reeducación de nuestra mirada y expectativas de la experiencia fílmica. Esta película es un pretexto para evidenciar los contrastes y acceso a la diversidad de nuestra educación y construcción de gustos y opiniones de las actuales producciones cinematográficas, así como una apertura a la distribución comercial de materiales que sólo se mostraban en Festivales.

Frente al bombardeo permanente de la producción masiva audiovisual al mismo tiempo se necesita la reelectura permanente de los contenidos de la industria del entretenimiento más allá de la clasificación entre cine de arte y cine comercial, estamos expuestos a la circulación de contenidos diversos que facilitan ampliar nuestra mirada, comprensión y construcción de significados y experiencias.

 

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