Publicidad

Llegó a nosotros Head Carrier, una representación del viaje que ha hecho Pixies desde su origen. Hemos de decir que es una mezcla agradable de sensaciones e historias que saldrán un poco de la casilla mental a la que ya nos acostumbramos.

pixiesEl término “encasillar”, ese que utilizamos para darle cierto orden a las cosas, para jerarquizar de alguna forma lo conocido y que no siempre es acertado, a veces el resultado es un juego bastante peligroso que terminará en desorientarnos y alejarnos de lo real.

Pasa algo semejante con Pixies, dice el dicho Crea fama y échate a dormir o, en su caso, Crea Where Is My Mind y échate a dormir.

El fantasma de su éxito generacional parece que los perseguirá por siempre, un arma de doble filo que hace posible el ser escuchados por décadas pero que siembra la duda ¿Son algo más que esa canción?

La respuesta es sí. Pixies es una banda que ha trascendido de alguna forma y ha logrado mantenerse unida por mucho tiempo y, no sólo de mantenerse unida sobrevive, pues ha creado varios álbumes que intentan respaldar su genialidad. Su alineación original se ha visto afectada (obviamente) por distintas situaciones, y en esta entrega presentan a Paz Lenchantin como bajista y voz femenina en su ya estilo clásico.

La cosa aquí es que el todo se vislumbra como nueva bajista, música vieja; Muchas canciones suenan a pasado y nos transportan a una época diferente, no es malo ni mucho menos, pero se tambalea entre más de lo mismo y un estilo por demás definido. Head Carrier comienza a contar la historia, y hablo de historia porque nos encontraremos con más de un relato de vida en el álbum, de esos que presentan una situación en particular para exponer un argumento sólido (bien ahí Pixies).

Ahora, el disco también presenta muchos altibajos y cambios de tono que pueden llegar a confundir la atención, si bien los coros y riffs están muy bien logrados, a veces se siente una atmósfera blanconegra un poco extraña, no es dicotomía ni extremismo, es un cambio de ánimo inmediato al que uno debe adaptarse rápidamente. Classic Masher, Oona y Talent son tracks que deben ser escuchados y que se disfrazan enteramente de lo que nos ha regalado Pixies a lo largo de su carrera musical, buenas entregas al final de cuentas.

Luego viene All I Think About Now, algo que denominaré como un autoplagio (por qué no, si el tema está de moda), uno que no será acreedor de algún título y que a mi entender sobra en la conversación. Es una versión reciente de Where Is My Mind? y que se basa en lo familiar que suena para encantar, intento innecesario de mantener viva la llama de ayer.

Um Chagga Lagga y Baal’s Back es de lo mejor y más movido que encontraremos en Head Carrier, las dos despiertan y nos hacen querer saltar de un lado a otro por unos instantes, esto no porque después se caigan rítmicamente, sino porque el cuerpo seguramente ya no aguantará como antes.

Head Carrier demuestra el error de encasillar a algo o alguien, es un disco agradable al oído y que puede correr completo sin algún pero. Pixies se basa en un sonido clásico que tampoco ofrece demasiado, pero sí lo necesario para obtener una experiencia satisfactoria. Head Carrier no será lo que venga a revolucionar ni resurgir la música como concepto, pero sí aportará algunas piezas que encajarán perfecto en tu rompecabezas musical. 

Deja tu comentario:
REVIEW OVERVIEW
Calificación
head-carrier-nuevo-no-nuevo-pixiesHead Carrier te mostrará que Pixies es algo más que sólo una canción, es un ejercicio de altibajos que promete y que se basa en lo antiguo. Un juego que se acerca y después se aleja de una atmósfera creada por el público adepto. Un álbum nuevo que sabe a tiempo pasado.