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El cartel cantaba cuatro bandas que conocidas o desconocidas, prometían una noche interesante en el Foro Indie Rocks.

Debajo de “la escena” hay otra escena, y suena más duro y toca más fuerte y se abre la piel y deja sangre en el escenario.

Tres bandas eran invitadas, una cumpleañera. El Shirota, Monogatari y No Somos Marineros iban a ser los aperitivos para que Hong Kong Blood Opera cerrara la noche con su celebración de décimo aniversario y presentara su disco nuevo.

La emoción se había acumulado durante las semanas anteriores. Para los conocedores de The HKBO, celebrar 10 años sería algo importante. La banda originaria de Sonora que fue ganadora de un Rockampeonato Telcel en la década pasada, tenía ya años sin tocar y había declarado en el 2013 que el proyecto quedaba, sino eliminado, al menos suspendido sin intenciones de retomarlo.

Luego, un maravilloso día en el 2015 decidieron regresar y armar un nuevo disco llamado The Bruce Willis Experience & the Future is Bullshit.

Su primer show de regreso fue en el Caradura, y cuenta la leyenda que fue uno para recordarse. Después de algunos meses de regresar a los escenarios, la banda se alistó, terminó el disco y anunció la presentación del mismo para el 23 de septiembre en el Foro Indie Rocks.

Así que el evento fue importante. Abrió El Shirota, una banda que ha acompañado a Hong Kong Blood Opera desde su regreso. Una banda que ha vivido en el under mexicano y que en vivo a través de su música y su actitud tiene mucho que decir.

Ellos pusieron el tono de la noche, con un Indie Rocks prácticamente vacío, con lluvia afuera, pero con una música tan sólida y energética que no importaba en lo absoluto si había una persona o mil escuchándolos. El Shirota en la presentación de HKBO fue la mejor banda abridora que pudo haber. Aguantaron muy bien abrir pista y dejaron buen sabor de boca.

Pero luego llegó Monogatari, empezó a llegar más gente y arrancaron. Intentar explicar la música de Monogatari es algo complicado, el show que ponen los enmascarados que tocan en perfecta sincronía tiene que verse y escucharse, no leerse.

La banda dejó callado al poco público que había no una sino varias veces. Sonaban risas penosas que se sacaban de onda, gritos de vez en cuando, aplausos bastantes, Monogatari no es una banda, es una experiencia.

Subió después No Somos Marineros, agrupación que ha navegado por la escena indie con enorme éxito y que despliega en el escenario más fuerza que la que muchas bandas mucho más famosas no podrían ni soñar tener, juntas.

Alrededor de las 12 de la noche se subió al escenario del Foro Indie Rocks el cumpleañero. The Hong Kong Blood Opera. Ya se habían juntado en el foro alrededor de 100 personas, un aforo mínimo para lo que significaba la fecha, pero a fin de cuentas, eso lo hizo más especial.

Sonó Unicorn Killer, sonó Passión Gay Lovers, sonó Cansei de ser Gangsta. Se detuvieron a saludar.

HKBO estaba de regreso y quería a su público de regreso. “Este no parece un show de HKBO, quiero verlos desmadrarse como debe ser en uno de nuestros conciertos.” dijeron, y el público obedeció.

Poco a poco la gente que los escuchaba comenzó a recordar el 2007, el 2008, el 2009, todos los shows de la banda que se vivieron, pequeños y grandes.

Sonaron las canciones del nuevo disco, sonaron dedicatorias, del público emergieron las dos integrantes femeninas de Descartes a Kant y en distintas canciones subieron a acompañar la celebración.

Hong Kong Blood Opera brincó, gritó, cantó, golpeó sus instrumentos, aventó una y otra vez el micrófono al suelo, se aventó al público. Hizo a todos gritar, moverse, headbanguear, olvidar todo y descubrir una vez más que en México se puede hacer música fuerte, energética, crítica y sobre todo intensa.

Tan intensa como el dolor de un puñetazo, como el shot de alcohol más fuerte, como esa primera vez en la cama con la persona que más deseabas.

Fueron pocos, muy pocos los que vivieron el concierto, pero los que estuvieron ahí sin duda alguna atendieron con todos los sentidos al nuevo disco de la banda.

Después de menos de una hora de viaje, cuando terminó la montaña rusa, Sebastián pidió al foro terminar el concierto juntos, y mientras lo decía voló entre el poco público que había y terminó tirado en el suelo del foro, con todos sus fans alrededor de él, después de que la banda diera toda su voz, su cuerpo, su sangre, sudor y su tiempo a quienes asistieron.

Días después en las redes sociales de HKBO apareció el mensaje “status: banda de culto.”

Tal vez lo dicen porque faltó público para un evento tan importante, tal vez lo dicen porque sus fans viven con ellos el concierto como pocos, tal vez porque después de 10 años de existir y después de haber probado las mieles de escenarios grandes gracias a un concurso muy mediático, siguen viviendo abajo del underground.

Decir que una banda es de culto o no, es una discusión sin fin. Pero lo que no deja de ser cierto, es que una banda que en el escenario provoca sensaciones tan fuertes, es más que solo “una banda indie”.

10 años pueden ser muchos en la vida de una persona, pero no son nada cuando quieres salir adelante como banda independiente en México. El camino de Hong Kong Blood Opera apenas comienza o recomienza después de su descanso.

A Hong Kong Blood Opera en su cumpleaños no se le desea éxito convencional, se le desea un público que esté tan loco y tan apasionado como ellos siempre. No importa cuántos, lo que importa es quiénes. Y quienes celebraron con ellos son más afortunados que los que no. Así de sencillo.

Larga vida a HKBO.

Fotos por: Atzin Gonzalez

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