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En Conexión Mortal, todo parte de un misterioso “Pulso” que se envía a todos los teléfonos de Estados Unidos y convierte a los usuarios en extraños semi-zombies causando caos, locura y violentas muertes. Suena bien,  entonces ¿Qué salió mal?

Por: @LiloHJames

La trama comienza en un aeropuerto de Estados Unidos, donde nuestro protagonista Clay Riddel (John Cusak) habla por celular con su familia, a la que no ha visto en varios meses.

Cuando se le acaba la pila y utiliza un teléfono público para llamarles de nuevo, algo extraño pasa: todas las personas a su alrededor se tornan violentas, se crea un estado de caos y todos comienzan a matarse entre ellos (todo en menos de 1 minuto).

Él mismo es testigo de cómo una chica quiere hablar al 911 pero al hacerlo se convierte en un ser rabioso (que después nos enteramos que denominan “phoners”) y estampa su cabeza en la pared hasta que se mata.

Nadie sabe si es obra de aliens, zombies o Donald Trump pero la ciudad empieza a caerse a pedacitos mientras parece que la gente se ha vuelto loca. Hasta ahí todo va bien, estamos expectantes de saber que demonios pasa, de dónde viene y qué es lo que ataca a estos pobres mortales.

Clay encuentra un aliado en Tom McCourt (Samuel L. Jackson), un conductor de tren subterraneo con el que se entiende de inmediato y comienzan el tortuoso camino para encontrar a la familia de Clay.

Y este es el punto en el que todo se empieza a descomponer. La dinámica entre los personajes es forzada por la situación y los tiempos no te dan chance de empatizar con ellos, así que la repentina amistad se siente falsa durante toda la película.

En diferentes momentos entran en juego otros personajes, algunos otros se pierden en batalla pero ninguno de ellos deja una marca impactante para que el espectador se sienta triste por su ausencia.

Los caminos del recorrido son largos, marcados por la ausencia de los  “phoners” (que aparentemente no sienten la necesidad de hacer apariciones) y con encuadres confusos e innecesarios.

Otro problema es que a la hora de la sangre (que usualmente es el fuerte en estas películas) parece que les da miedo mostrar ataques y mutilaciones así que termina por parecer una película de parodia en donde lo único que funciona a su favor es el inquietante y potente sonido que emiten estas criaturas por su boca.

Lo único que puede hacer esta experiencia más terrible es que este film es una adaptación del libro de Stephen King con el mismo nombre y que, además, el mismo King fuera uno de los escritores del guión.

No sabemos cuál sea el problema para llevar los libros de este excelente escritor de suspenso a la gran pantalla pero parece ser que sólo en un par de películas han logrado transmitir  el “feeling” del libro y el resto… pues el resto tiene la maldición de las malas adaptaciones.

 

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Diseñadora gráfica, amante de los helados, el sarcasmo, adicta a las películas y los libros, torpe y noventera hasta los huesos. Se rumora que me veo como “La chica del tatuaje del dragón” pero tengo corazón de pollo ahogado en miel. Son puros rumores.