Con una fecha Sold Out y otra a realizarse este domingo 14 de marzo, Steven Wilson cada vez se enamora más de nuestro país y nosotros de él.
Desde antes de las siete de la noche había fila afuera del Plaza Condesa, los fans venían serios, algunos platicaban entre ellos de Porcupine Tree, la banda de donde viene la primera parte de la carrera de Wilson, además de comentar si les gustaba o no la nueva producción del mismo, llamada 4 1/2 y destinada a ser la transición entre su cuarto y quinto disco, al editar y lanzar las canciones que le “sobraron” a Wilson del disco anterior.
Hace un año Wilson vino con ese cuarto disco, que se titula Hand.Cannot.Erase, y sin esperar mucho tiempo se aventuró a este siguiente disco, que algunos podrían pensar como un EP de transición, mas no por eso menos importante en su carrera.
El primer concierto de Wilson en el 2016 se realizó el pasado viernes 11, dos horas antes de que comenzara el evento, los fanáticos ya estaba formados para poder entrar.
Pareciera que el nicho de seguidores y escuchas de Wilson es muy grande, pero al mismo tiempo muy especializado, pues a reserva de quienes estábamos en el Plaza Condesa, no mucha gente se dio cuenta de la calidad de concierto que estaba a punto de ocurrir.
Con puntualidad inglesa a las nueve la noche comenzaron a salir los músicos que acompañaban a Steven Wilson, esto después de haberse prendido la pantalla detrás de los instrumentos, del tamaño del escenario, la cual mostró un tipo de introducción que a través de imágenes de un edificio, close ups de una chica y similares, dio pie a la primera parte del espectáculo.
La noche arrancó con First Regret/3 Years older, de su disco Hand.Cannot.Erase, esto no fue coincidencia, al terminar la canción Wilson saludó a la audiencia, hizo referencia a los aironazos que habían azotado la ciudad estos días, y contando que el los sintió arriba del avión que lo traía a la ciudad. Comentó también cómo funcionaría el concierto, la primera hora sería toda de puras canciones del Hand.Cannot.Erase, después tomarían un descanso y regresaría para tocar canciones del 4 1/2 y como el describió “some really old shit”, todos sabiendo que se refería a algo de Porcupine Tree.
Desde la primera canción Wilson dejó las reglas claras y los asistentes las aceptaron. El acuerdo que tiene este músico con su fanáticos es algo que pocas veces se puede ver tan nítidamente como en este concierto.
La gente tranquila, sin gritar desenfrenadamente, aplaudiendo y dando aliento y calor como solo los mexicanos pueden, pero curiosamente tranquilos. Con una mínima cantidad de celulares levantados, al contrario, todo mundo sin empujarse, viendo al frente, muy atentos a quien y como tocaba, lo único que hacían era disfrutar la maestría de las composiciones de Steven Wilson interpretada por algunos de los mejores del músicos del mundo.
Y hablando de los músicos, ¡que gran ejecución! batería, teclado, sintetizadores, guitarra, bajo, secuencias, todo en perfecta sincronía hasta en las piezas más sorpresivas y complejas, fue un deleite escucharlos durante todo el concierto.
Con excepción de problemas de audio que asustaron hasta a la misma banda, toda la primera parte pasó mientras los asistentes estaba hipnotizados con la música.
La segunda parte se conformó de una selección de canciones de sus anteriores discos, además de recuerdos de Porcupine Tree, destacaron Harmony Korine, primer sencillo de Insurgentes, con el cual comenzó su carrera solista, Dont Hate Me del nuevo 4 1/2, la cual es una re edición a dos voces de la canción editada originalmente por Porcupine Tree, Lazarus la cual sirvió de homenaje a David Bowie, después de su muerte la canción suena algo profética.
Steven Wilson después de casi 3 horas de música cerró con Sound of Muzak de Porcupine y The Raven that Refused to Sing.
Como ya se había mencionado, con la excepción de algunos sobresaltos en el sonido, el espectáculo visual y musical de Steven Wilson dejó a todos los asistentes satisfechos y a muchos con la emoción de verlo una vez más el domingo, pues será acompañado por Ninet Tayeb.
